Mientras espabilamos cambia el mundo, mientras hacemos la siesta nos des actualizamos.
El mundo corre más de prisa y su historia es cada vez menos estática, los sucesos se inician y concluyen a la velocidad del rayo. Hace sólo 10 años el ritmo del mundo era mucho más lento. Todo, para bien o para mal, está en constante mutación.
El marketing, la publicidad y las comunicaciones se generan en un ambiente cambiante y con una infinidad de nuevas herramientas posadas en una cadena sinfín. Hoy el mundo nos inunda de datos, mantenernos al día es un desafío permanente.
Hoy en día nos encontramos como Alicia en el país de las maravillas, cuando estaba agotada de correr tanto. La reina, que le mostraba el mundo maravilloso en el que se encontraba, frenó en seco. Alicia, cansada de correr, y una vez recuperado el aliento, se dio cuenta de que no se había movido del mismo sitio en el que había comenzado la carrera. Entonces, la reina comentó: ¨Aquí, tú tienes que correr lo más rápido que puedas, solamente para permanecer en tu sitio¨ y si quieres ir a algún otro sitio, debes seguir corriendo.
En este proceso debemos lidiar con nuestra propia resistencia al cambio y la tendencia a la nostalgia.
Pero es una realidad el mundo está cambiando y hay que actualizar nuestras competencias y conocimientos constantemente. Lo que hoy es, mañana ya no será, la obsolescencia es una amenaza permanente que hay que enfrentar. En el mundo de hoy solo aquellos que han aprendido a aprender tienen posibilidades de triunfar y salir adelante. La competencia hoy