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El Eurotunel, o Túnel del canal de la mancha es una de las grandes obras de la arquitectura de finales del siglo XX. Conecta al Reino Unido (desde Folkestone) con Francia (Calais) en tan  solo 35 minutos, mientras que de Londres a París el viaje duraría unas 2 horas y 20 minutos.  Su longitud es de 50,5 kilómetros, y  es el tercer túnel subterráneo más largo del mundo después de San Gotardo en Suiza y el Seikan en Japón, pero el primero, en cuanto a tramo submarino más largo del mundo. Esta obra fue posible gracias a un acuerdo entre el presidente francés Francois Mitterrand y la primer ministro británica Margaret Thatcher, pero increíblemente estaba aprobada desde el año 1.802 por Napoleón Bonaparte para que fuera construida. La verdad es que recorrerlo es una experiencia alucinante, creo que aquí comencé a vencer mis miedos sobre todo a la claustrofobia pues en mi mente no cabía la posibilidad de meterme ahí para atravesar este túnel construido debajo del mar. Hay dos maneras para viajar a través de él: La primera es con tu propio vehículo gracias lo que se llama Shuttle, la segunda, es el tren dedicado a pasajeros, el Eurostar. A través del Eurotúnel es posible trasladar gente, al igual que automóviles, motocicletas, camiones y mercancías. Es posible el traslado de diversos vehículos ya que los trenes están fabricados y equipados con la más alta tecnología; por lo cual, al llegar a tierra, los pasajeros pueden seguir su propio viaje en sus transportes de origen. Nosotros no tuvimos que bajarnos de nuestro bus, ingresamos en él al Eurotunel y cómo por arte de magia pasamos al otro lado.

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