Medellín, ciudad de la eterna primavera, de lindas mujeres, ciudad amada, cálida y amable, ciudad soñada, llena de paisajes y verdes montañas, señorial, imponente y altiva, bajo tu cielo está, esa magia que conquista.
Cuando cae la tarde, en ese crepúsculo de colores, bajo ese sol que se esconde entre las montañas, aparecen muchos tonos verdes y suaves olores, que engalanan el paisaje y hechizan con su encanto, dejando en el alma, ese aroma a café y ese recuerdo imborrable de una tierra pujante que día a día se abre paso.
Medellín, ciudad amable como su gente, como sus paisas. Acogedora, cálida, romántica, elegante, y llena de vida. En agosto tus balcones, tus calles, tus jardines, tus terrazas, se inundan de flores, y cuando los silleteros pasan, te llenas de colores, de fiesta y de alegría.
Rojos y verdes se agitan con pasión, llevan en el corazón la exaltación y el regocijo, los sueños, el coraje y ese empuje, de esos paisas berracos que luchan por la vida.
¡La magia de Diciembre sorprende con sus luces! que entre tarde y tarde destellan a lo lejos, para iluminar la vida y revivir recuerdos, de los que están presentes y de los que ya se fueron. Por eso, siempre al lado de una hoguera, se encuentra un paisa contando sus historias con nostalgia y añoranza.